Si estás pensando en convertir el alquiler de tu esclavo en una fuente de ingresos estable, te sugerimos los siguientes consejos para que tengas en cuenta:
Asegurate de cobrarle al cliente un precio justo.
Valora la calidad de tu mercancía y solicita por ella lo que se estila en el mercado, siempre teniendo presente la complejidad del servicio que tiene que prestar, el tiempo que le llevará hacerlo, y el riesgo que corre el esclavo de que sea dañado; y en tal caso el tiempo de recuperación para volverlo a poner a trabajar en condiciones.
Si el puto prestara varios servicios en un día, es lógico y admisible que el primer cliente que lo use pague una tarifa más alta que los sucesivos, ya que su cuerpo y su ánimo presentará signos de fatiga que le quitan valor.
Es recomendable que estés presente durante la sesión, siempre que el usuario lo permita, porque como bien dice el refrán el ojo del Patrón engorda el ganado.
De hecho para cierto tipo de clientes tu participación activa puede tener un plus de morbo y eso les resulta agradable.
Si cuentas solo con un esclavo, y a excepción que sea un ejemplar único, no podrás depender de ese ingreso para llevar una vida holgada.
Si dispones de una manada de cuatro o cinco y sometes a todos los ejemplares a un trabajo intensivo las cosas cambian.
Tienes que tener en cuenta que el mantenimiento de las bestias no es gratis, por el contrario representarán una importante suma que tendrás que descontar de tu recaudación.
K rico k suerte tiene el sumiso
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