7/10/12

Soldado / La Conclusión


"El instante de la monta había llegado y el chico se dobló, abriendo las patas y separando las nalgas con ambas manos, y su dueño lo calzó de un sólo empujón, penetrándolo hasta el fondo.
 Raúl siempre sentía una punzada aguda dentro de su cuerpo en el momento que el capullo le entraba con fuerza, pero se transformaba en un goce supremo al devolverle el cerebro esa sensación convertida en el placer que disfrutaba su amo al clavársela de golpe.
 El galope del amo alcanzaba mayor intensidad y ritmo y la carne del chico enrojecía con el muslamen de su señor chocando contra sus nalgas en cada empellón que le daba para incrustarse más dentro del culo del muchacho."


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final de esta historia del Maestro Andreas

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