16/5/12

Soldado / El relax

"...alguna vez ya le había hecho lamerle el agujero peludo del culo y no precisamente recién bañado, y lo que menos podía decir el chico es que fuese un placer dejarle bien limpios los pelos del ojete y el resto que se extendían por todas las nalgas del valiente oficial. 
Tenía un culo peludo como un oso, lo mismo que el pecho, y en los sobacos le brotaba una selva virgen casi continuamente húmeda y perlada de sudor."


Si pinchas la imágen puedes entrar a leer el capítulo 2 de esta historia del Maestro Andreas

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