15/11/11

Historia de Jul / La prueba

"Eso estuvo a punto de destrozarlo por dentro como si le hubiesen dado a beber un ácido corrosivo. Le dolió mucha más que la fusta, el cinto y las pinzas en sus pezones. Y se sintió más humillado que limpiando sus orines con la lengua en el suelo del sótano o corriendo alrededor de la mesa a cuatro patas como un puto perro de mierda. Y encima, con la amenaza de no volver a ser follado por su extraordinario macho, ni notar sus dedos dentro del culo hurgándole y acariciando su próstata, que le producía tal placer que sólo de pensarlo se corría como una zorra."



Si pinchas la fotografía o el link de la columna a tu derecha puedes leer el cuarto capítulo de esta historia escrita por el Maestro Andreas.

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